jueves, 6 de marzo de 2014

Diario de la viajera feliz, parte 8: El lago Titicaca y la mítica Isla del Sol en Copacabana.

El 26 de marzo después de una noche de mojitos y política, me levante muy temprano para tomar el bus a Copacabana. El camino desde la Paz estaba lleno de curvas  y los mojitos de la noche anterior mas la altura empezaron a tener efecto en mi estomago, así que preferí cerrar mis ojos y tratar de dormir.


Rumbo a Copacabana... 

hermoso paisaje

Este recorrido es bastante particular es algo que nunca había visto, a mitad de viaje cuando yo estaba profundamente dormida el sr del bus nos hizo bajar a todos los pasajeros y de repente vi como subía nuestro bus en un planchón flotante y nosotros teníamos que subir en una lancha, esto para todos los que íbamos en el bus nos pareció bastante particular, todos tomábamos fotos por un lado y por el otro, en realidad era bastante extraño ver el bus en el que estábamos viajando flotando en medio de un estrecho que creó el lago Titicaca, del otro lado del lago nos pidieron los pasaportes a todos, tome un par de fotos y de nuevo al bus en el que viajaba para continuar mi camino rumbo a Copacabana.


Alla va mi bus...
con mi maleta!!!!

Como toda la carretera hacia Copacabana son montañas, curvas y abismos, en el último tramo pude disfrutar una vista espectacular del Titicaca. Copacabana es un pueblito muy pequeño y tranquilo, la gente es un poco lenta pero amables, así como en la Paz aquí también encontré cholas por todos lados, cosa que me pareció muy bonita pues me pude dar cuenta que el pueblo Boliviano aun conserva sus raíces indígenas incluido el Quechua. Allí tome una lancha a la mítica Isla del Sol, lugar donde fueron los primeros asentamientos Incas.

La isla del sol está dividida en 2 zonas, la zona norte y la zona sur, el bote que tome me llevaba únicamente a la zona sur de la isla. Cuando baje del bote estaban todos vestidos con trajes muy coloridos y bailando, en realidad nunca supe que celebración especial estaban haciendo, la música era muy alegre y en la llegada al pequeño puerto para bajarnos el conductor y los guías se pusieron de pie y gritaron algo en su idioma, no supe si era por la celebración o simplemente estaban saludando.


Celebración...
todo muy colorido

En la zona a la que llegue de la isla hay tres puntos para conocer: las escaleras del Inca, la fuente del Inca y las ruinas del templo del sol. Para llegar a la fuente del Inca es necesario subir los 360 escalones de la escalera del Inca, este ejercicio hace parte de una experiencia agradable pues a medida que subía a mis espaldas se podía apreciar un hermoso paisaje donde el agua del tan nombrado lago Titicaca se unía a un imponente nevado, es un paisaje de obra de arte; todo iba muy bien, el ejercicio, el paisaje hipnotizante, etc; pero comenzaba a faltar el aire por la altura, era una sensación de ahogo que en algunos momentos pensé que no iba a lograr terminar la subida, pero finalmente ante mi estaba la fuente del Inca, en realidad no es nada del otro mundo, es una pequeña caída de agua, para mí fue algo decepcionante porque esperaba ver algo más imponente, aunque igual me pareció interesante el pensamiento de los indígenas al darle importancia a los recursos que les brinda la naturaleza.


El atardecer... :D

Ese día decidí pasar la noche allí en la Isla, así que me tocaba seguir subiendo para encontrar un hostal donde quedarme, encontré un lugar sencillo pero en realidad era como un hotel 5 estrellas pues dentro de los servicios que este ofrecía estaba el de tener acceso a una vista hermosa del atardecer el cual disfrute en compañía de unas cervezas y de un español bastante amable que justo estaba celebrando su cumpleaños con su novia, ella era Boliviana, así que pasamos toda la tarde y parte de la noche escuchando sus aventuras.


El amanecer

El 27 de marzo me levante muy temprano a ver el amanecer, abrí las cortinas de la habitación y el paisaje era increíble, es emocionante ver como el sol a medida que iba saliendo le daba un color naranja al nevado que tenia de frente y poco a poco se iba viendo reflejado sobre el lago. Para el regreso a Copacabana tuve bajar de nuevo, pasar por la fuente del inca y repetir los 360 escalones pero en bajada era más sencillo. Salió la lancha de regreso y ya estaba todo listo para el viaje a Cuzco, la interesante y hermosa capital del imperio Inca.

martes, 4 de febrero de 2014

Diario de la viajera feliz: Un paréntesis, regresar a casa

Después de dejar mi querido país Colombia en el 2008 y acoger otras tierras como mi hogar he regresado solo de visita  4 veces, todas con dos cosas en común; primero la ansiedad del viaje, de la llegada, de saber cómo esta mi familia, de como me van a recibir, de saber cuál va a ser su reacción al verme, etc. y segundo la nostalgia de la despedida, sin embargo, cada una de ellas ha estado llena de experiencias diferentes.

Primera Visita a Colombia
Me estaban esperando la reina
y la princesa de la familia


Mi primera visita a Colombia fue en abril del 2010, durante mi viaje por Suramérica; en realidad, Bogotá era el destino final de la aventura emprendida desde Buenos Aires (Argentina) pasando por Bolivia, Perú y Ecuador, en esta ocasión la llegada a casa fue triunfal después de 22 hermosos días de aventura y de excelentes experiencias. En casa estaba mi familia, a la mayoría no los veía desde mi primera partida en el 2008, casi año y medio sin poder abrazarlos y sentirlos. En esta ocasión la estadía fue larga, pues ya estaba a la espera de mi residencia Canadiense para comenzar una nueva aventura. Los primeros días todo era novedad, salía a pasear, recorrer y reconocer la ciudad, mi hermana y yo parecíamos una sola, íbamos de un lado a otro, tramites aquí y allá, pero la espera de la respuesta de mi residencia se hizo esperar lo suficiente para que yo entrara en desespero, pues la plata se agotaba y los ahorros para Canadá se estaban desapareciendo, además comenzaba a crecer ese sentimiento extraño en el que parece que no eres de aquí ni de allá, como dice Facundo Cabral, así que las cosas en casa se estaban poniendo tensas, hasta que finalmente a finales de Mayo tuve mi residencia Canadiense y comenzaron las despedidas y la nostalgia de no volverlos a ver otra vez después de un buen tiempo, todo era una serie de eventos encontrados pues una cara de la moneda me mostraba la separación de mi familia por segunda vez, pero la otra me mostraba un mundo nuevo lleno de expectativas y cosas por aprender, iba a radicarme en Montreal, Canadá una ciudad multicultural en la que es casi obligación hablar francés e ingles, así que me enfrentaba a nuevos retos en mi vida.

Mis primas y la princesa Valentina


La segunda vez que regresaba a casa fue un viaje relámpago que resolví hacer después de un ataque de depresión y familitis bastante alto, fue un viaje de dos semanas, llegue el 31 de enero del 2012, nuevamente casi año y medio después de mi partida. Toda la familia estaba muy contenta, hubo celebraciones de cumpleaños, reencuentros con primos y amigos, fiestas aquí y allá y tardes de parqués el pasatiempo favorito de la mayoría de mi familia, sin embargo, esas dos semanas se pasaron extremadamente rápido y llego el momento de la despedida muy pronto, de nuevo las caras largas y los corazones un poco lastimados además, nuevamente, no sabíamos cuando nos íbamos a poder volver a ver, sin embargo, al subirme al avión sentí que realmente estaba regresando a mi lugar, de cierto modo supe que ya mi lugar no era en Colombia, a pesar de que la amo con todo mi corazón, ya allí no estaban mis planes dentro de mucho tiempo.

El letrero de bienvenida
y un abrazo de mi princesa

Inirida, el paraiso


La tercera vez  fue para pasar las fiestas de navidad en el 2012, mi llegada fue el 22 de noviembre, ese día llegue a la casa y mi prima Angélica, con la que prácticamente me crie, me tenía preparada toda una linda bienvenida, desde la espera en el aeropuerto hasta la casa llena de bombas y con un letrero que decía BIENVENIDA. Este regreso a casa venía acompañado de un montón de nostalgia y con el doble de ganas de estar con mi familia, pues el 2012 no había sido un año fácil y necesitaba estar rodead de todo el amor de los míos. Todo estaba cuadrado, estuve en Bogotá casi un mes, un mes en el que conocí gente, compartí con mi hermana Andrea y mi prima Paola, que también es como mi hermana. Además, durante ese mes, el 16 de Diciembre para ser exactos, mi equipo favorito, el amor de mi vida, la herencia que me dejo mi abuelito, mi queridísimo Millonarios futbol club me dio la alegría de verlo campeón después de 24 años de espera, no podía haber sido más productiva mi estadía en la ciudad que me vio nacer.  El 17 de diciembre viajaba a visitar a mi querida mamita en Inírida, allí íbamos a pasar navidad y año nuevo con mis tres tesoritos, mi mama Haydecita (es como llamo a mi abuelita materna), mi mamita y mi hermanita, fue como ir al paraíso, pero la historia de Inírida hace parte de una nueva aventura, allí estuve hasta el 13 de enero aproximadamente y ya se acababan mis vacaciones, la despedida con mi mami fue algo nostálgica pues por primera vez en la vida no veía razón para regresar a Canadá, no entendía cual era el sentido de alejarme de mi familia si los sueños los podía cumplir en cualquier lugar del mundo, además necesitaba más que nunca estar cerca a ellos; pero bueno había comenzado un proceso y tengo que terminarlo, ese es el sentido de la vida. Una semana después de mi regreso a Bogotá fue mi partida de nuevo a Montreal, un viaje algo obligado pero consiente que todo iba a tomar sentido y que ese proceso lo iba a terminar.

Ansiedad al 200%,
Comienzo de la cuarta visita


Y hoy, 12 de diciembre del 2013 es mi cuarto regreso a casa, ya con las cosas un poco más en orden en Canadá, quise volverlos a ver porque este año los planes de navidad incluyen a casi la familia entera todos reunidos en un mismo lugar, la ansiedad y las ganas de llegar a Bogotá son más altas porque son muy pocos los que me esperan, va a ser una llegada de sorpresa y estoy muerta de ganas por ver la cara de sorpresa de aquellos que durante todo el año me preguntaron: Cuando nos vienes a visitar?

lunes, 11 de noviembre de 2013

Diario de la viajera feliz, parte 7: La Paz, la capital de Bolivia en lo mas alto

Llegada a La Paz


Afortunadamente  el bus en el que viaje desde Oruro hasta La Paz era un bus de dos pisos, bastante cómodo por cierto, así que lo que me quedaba de viaje estuvo bueno y descanse un poco.

A La Paz llegue como a las 9:00am. Al llegar lo primero que hice fue buscar un internet pues no tenía ni idea donde me iba a hospedar, llamaba a un hostal y a otro y no conseguía nada, hasta que hable con mi amigo Moussa, todo un francés aventurero él, yo sabía que el tenia la solución pues el ya había pasado una temporada en La Paz, efectivamente me dijo que me fuera al hostal "El Carretero", no era un súper hostal pero era bastante barato, la habitación grande y limpia y con baño privado, apenas lo que necesitaba para dos noche que iba a pasar en la capital boliviana.

El 24 de marzo, el día que llegue, descanse un poco en el hostal, me duche y salí a caminar un poco, cada vez que conocía mas y mas encontraba esta ciudad más parecida a mi hermoso país, habían tostadas, patacones, maní, Bom bom bun (mi perdición) y un montón de cosas más.


Cambio de Guardia "Plaza Murillo"



A decir verdad, La Paz no me enamoro tanto como pensaba, la primera impresión fue de una ciudad un poco desordenada y cuando fui a la plaza de mercado y la calle de los brujos sentí varios olores no muy agradables, además, se veía un poco sucia. Justo en el momento en que llegamos a la plaza principal estaban haciendo cambio de guardia del palacio, fue una experiencia interesante en la que note que la mayoría de sus habitantes conservan ese rasgo indígena que identifica las tierras suramericanas. Algo que me impacto bastante y que me pareció muy bonito es que las tradiciones indígenas en Bolivia aun están vivas, incluso la manera de vestir y el hecho que aun conserven su lenguaje nativo. Ese día solo camine un rato y me fui a dormir porque estaba un poco cansada.


El Valle de la Luna

Al día siguiente el 25 de marzo, fui a hacer un recorrido al Valle de la Luna, era en la parte más alta del sur de la ciudad, según lo que entendí a este lugar se le daba este nombre por las formaciones del terreno, la tierra era un poco seca y el terreno era muy irregular, algunas formaciones son puntudas muy altas y también llegue a puntos donde encontraba huecos bastante profundos, era un paisaje extraño pero cautivador. Camine por todo lado, jugaba a escalar y a desafiar un poco la sensación de vértigo al acercarme a los hoyos tan profundos, a causa de la altura de La Paz me sentía un poco ahogada así que me toco descansar un poco hidratarme e ir a comer algo. Fui a almorzar al mercado central, una comida muy económica, abundante y simplemente deliciosa.


Explorando El Valle de la Luna

Después del almuerzo y con el gusto que tengo hacia el futbol, decidí ir a conocer el estadio y de paso ir al mirador famoso de la ciudad, en realidad, el estadio no es algo muy impactante además me pareció que las vías de acceso eran un poco complicadas, no imagino cómo se pone ese sector cuando hay partidos de la selección, así que La Paz me seguí pareciendo una ciudad desordenada teniendo en cuenta que es la capital del país. 


Estadio "Hernan Siles" La Paz,
el terror de muchos futbolistas

Desde el mirador pude apreciar mejor el estadio, la Plaza Murillo que es la plaza central y casi media ciudad. Al llegar al mirador que es en un punto muy alto de la ciudad yo me sentía muy ahogada, me dolía el pecho, me di cuenta que el malestar que causa la altura es bastante incomodo, no dan ganas de hacer mucho, pero con la ansiedad de conocer saque animo de lo más profundo de mi ser y seguí mi aventura. Allí en el mirador pase el resto de la tarde, tomando fotos y descansando un poco, ya cuando empezó a caer la noche baje a la ciudad, en la noche fui a un restaurante cubano donde comí un delicioso sándwich y me tome un par de mojitos muy sabrosos. La noche no fue muy larga pues tenía planeado salir al día siguiente muy temprano al lago Titicaca y la mítica Isla del Solen Copacabana.


La Paz desde el mirador


miércoles, 30 de octubre de 2013

Diario de la viajera feliz, parte 6: Uyuni, el desierto más grande del mundo


La mañana del 26 de marzo después de no haber dormido mucho me levante y fui a desayunar; por fin un desayuno de verdad, con huevitos, café, jugo de naranja y pan. Ese día me fui de excursión por un día en el desierto de sal más grande el mundo, el paisaje era increíble, me sentía una hormiguita ante semejante grandeza.

La excursión era en una camioneta 4x4 en la que viajaba con 5 personas más, mis compañeros de aventura fueron 2 chilenos, 1 argentina, 1 francés y el conductor boliviano, al comienzo estábamos todos muy tímidos, ni nos dirigíamos la palabra, pero después del almuerzo todo cambio, al final terminamos intercambiando correos electrónicos, cuentas de facebook, etc.

La primera parada fue cerca a unos pilones, tomamos algunas fotos y mi curiosidad no dio más tregua y estuve tocando cuantapiedrita veía, eran como cristales por todo lado, brillaban mucho y además era asombroso pensar cuanto miles, que digo miles, millones y millones de esos granitos habían alrededor mío, los que alcanzaba a ver por era algo como de nunca acabar.

Tenia que explorar

La segunda parada fue en el hotel de sal, una construcción sencilla pero bonita, lo interesante aquí es que como el nombre lo dice, estaba todo, todito todo hecho con sal; las sillas, las mesas, las camas, las paredes… todo era de sal, un excelente trabajo aunque en realidad se sentía algo de frio allí y además no sé si por sugestión sentía bastante sed todo el tiempo. Al llegar al hotel había muchas camionetas como en la que estábamos viajando nosotros y gente hablando en diferentes idiomas, era como una torre de babel en pleno desierto de sal.


Todo era de sal!!!

La siguiente parada fue en la isla del pescado, es una montana con una vegetación algo árida en medio del inmenso desierto blanco que generaba un contraste alucinante entre el blanco infinito y el verde de la vegetación. Allí fue el momento del almuerzo, fue una experiencia interesante pues no me esperaba que fuera a ser servido de la manera en que lo hicieron. Cuando llegamos a la isla, el conductor dijo: "Bueno esta la isla del pescado, mientras ustedes suben y compran su tiquete de ingreso a la isla yo voy preparando todo lo del almuerzo", justo después de subir y explorar un poco el lugar el conductor y guía nos llamó, el almuerzo estaba listo. En una mesa el había puesto 6 platos y varias fuentes con comida, habían fideos, carne, ensalada y no recuerdo que mas, fue en ese momento en que compartimos la comida cuando se rompió el hielo con mis compañeros de excursión, hablamos de todo un poco; Iván, el francés, no habló mucho el se dedico a comer, seguramente por aquello que no manejaba muy bien el español, y comió bastante en realidad.

Isla del pescado


Cuando terminamos el almuerzo, decidí subir y explorar un poco la isla desde la cima, la vista era impactante, somos tan pequeños en este mundo que cada día nos sorprende con las maravillas de la naturaleza, todo era blanco a mí al rededor y muy muy lejos en el horizonte podía ver el verde de las montañas que rodeaban el salar. De repente, me sentí un poco mal y no pude seguir disfrutando de la vista, tuve que bajar rápido y descubrí que eso que dicen que si vas a Bolivia y no te sientes mal es porque no fuiste a Bolivia, en fin en este tipo de viajes cualquier cosa es posible.


En la cima de la isla



De regreso al pueblo el guía nos pregunto si alguno estaba apurado por llegar al hotel porque el tenía que ir a dejar una encomienda un poco más adentro del salar y como en modo paseo todo se vale dijimos que no había ningún problema, así que tuvimos un par de paradas extras que valieron la pena. La primera parada extra fue en un hotel, muy cerca de allí había una especie de pueblito con una iglesia y cuatro casitas, en medio de la nada, en realidad parecía el pueblito que solemos hacer en el pesebre en diciembre. Lucia muy bonito aunque no parecía que fuera habitado. La última parada fue ya al atardecer en medio de la inmensidad del desierto, tomamos fotos con efectos interesantes y al final a José, el chileno se le ocurrió la excelente idea de tomar una foto de todo el grupo y con esta foto termino nuestra excursión por el salar más grande del mundo.


Pueblito de pesebre

Esa misma noche salía mi bus para La paz, la capital de Bolivia. Le había dicho al chico del hostel que me reservara un tiquete así podía estar más tranquila en la excursión, pero oh sorpresa que al regresar me dijo que había sido imposible conseguir tiquete para el mejor bus, pero que igual me había comprado en otro más barato, pero igual cómodo. La verdad el bus de cómodo no tenía mucho habían más gente de la que le cabía al bus que viajaron en el pasillo, al lado de mi silla, había una chola (así suelen llamar a las campesinas o indígenas de Bolivia, normalmente van vestidas con varias faldas largas una sobre otra, chales y sombrero) sentada sobre su maleta, a mitad de viaje se quedo dormida y empezó a recostarse en la pierna de mi compañero de viaje, pero hasta ahí todo iba no tan mal, lo peor del viaje fue que en Oruro como a 4 horas de viaje de Uyuni tuvimos que cambiar de bus, eran las 4:00 am cuando llegamos y hacía un frio casi insoportable, fueron 30 minutos de espera pero para mí fue una eternidad, cuando por fin llego el bus la encargada de los tiquetes me dio el mío con silla numerada y continuamos nuestro camino a La Paz, La capital de Bolivia…


Mis compañeros de aventuraen Uyuni




jueves, 19 de septiembre de 2013

Diario de la viajera feliz, parte 5: La Quiaca y Villazon, Frontera entre Argentina y Bolivia.

En Humahuaca compre mi pasaje para la Quiaca, mi última parada en Argentina. Mi último bus en ese país que me abrió sus puertas y me permitió vivir momentos maravillosos con gente maravillosa.A decir verdad en la Quiaca no estuve más de 15 o 20 minutos, La Quiaca en Argentina y Villazon en Bolivia son dos poblaciones divididas por un rio y la frontera es un pequeño puente colonial.


La Frontera Bolivia Argentina


Desde el terminal de la Quiaca a la zona de migración de Argentina, son como 15 minutos caminando, allí solamente me pidieron mi pasaporte, como tenia sello de entrada al país quisieron ponerme problema, pero yo iba preparada con mi residencia precaria, este es un documento que en Argentina nos sirve a los extranjeros para trabajar y vivir allí más de 90 días,  con esa residencia los inspectores se dieron cuenta que todo estaba en regla y no tuvieron otra que poner el sello de salida y dejarme pasar, con algo de nostalgia ahora si me despido de Argentina quien sabe cuando volveré.

Es increíble como en 5 o 10 pasos cambian la gente, la forma de vestir, las calles e incluso el acento. Cruzando el puente esta el puesto de migración de Bolivia, había una fila enorme de bolivianos queriendo salir de Bolivia para vivir su "sueño americano" en Argentina, más adentro en una oficina algo vieja con piso de madera y un olor muy particular había una ventanilla donde nos daban unos formularios para llenar, allí solo se escribía nombre, nacionalidad y motivo del viaje, entregue el formulario con mi pasaporte y ya tenía mi sello de ingreso a Bolivia tercer país que conozco diferente a mi Colombia querida, ya estaba en Bolivia.

La calle principal de Villazon por la que entramos era llena de comercio, vendían de todo, ropa, zapatos, coca, celulares, etc. Y yo caminaba con mi Paca al hombro en busca de un hostal donde descansar un poco; finalmente llegue al hostal plaza en la plaza principal del pueblo, me registre deje a paca en la habitación y salí a caminar, a conocer y a comer algo, aunque en realidad las energías me dieron solo para comer e ir al hostal a descansar.

El 22 de marzo en la mañana muy temprano fui a comprar el tiquete de tren a mi próximo destino, Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo,  en este momento ya la altura comenzaba a afectar mi salud, tenia dolor de cabeza y malestar estomacal, entre la estación de tren y el hostal habían como 10 minutos de caminata a la mitad yo me sentía ahogada y un poco agotada.

A la estación llegue a las 8:00 am y la gente que estaba allí, todos bolivianos, estaban en silencio esperando que se abriera la taquilla para comprar su tiquete. A medida que el tiempo pasaba la estación comenzó a llenarse de extranjeros habladores y bulliciosos, se escuchaban diferentes idiomas y acentos, eran tantos que no podía distinguir ninguno.

Después de tener mi tiquete de tren, en una de las mejores clases que habían, pues no quería pasar la incomodidad que pase en el tren de Tucumán, regrese al hostal a descansar otro poco porque en realidad no me sentía bien, descansé un poco me bañe y salí a caminar por ahí, aunque en realidad allí no había mucho por conocer, almorcé, fui a buscar a paca al hostal y de regreso a la estación para esperar el tren.

Esperando que salga el tren!!!


A las 3:30 de la tarde salió el tren, lleno de extranjeros, sobre todo el vagón en el que yo viajaba, como estaba algo indispuesta, cuando me subí al tren casi que automáticamente me quede dormida. Dos horas después en el vagón en que iban pusieron una película en la que actuaban mis dos amores de Hollywood, Johnny Deep y Leonardo DiCaprio, era algo vieja porque ambos parecían bastante jóvenes, en fin solo por verlos me vi la película casi que enterita; como a eso de las 6 o 7 de la tarde fui a tomar el refrigerio o merienda que iba incluida en el tiquete,  en el vagón comedor, tenía toda la cara de desayuno solo que lo estaba tomando en la tarde, igual estaba rico y me sentó muy bien.

En el mismo vagón el que yo viajaba, viajaban unos ingleses que tomaron cerveza durante todo el camino y mientras yo trataba de dormir un poco ellos hacían todo el ruido que podían, en realidad se pusieron un poco insoportables, finalmente llegamos a Uyuni a la 1 de la mañana, el frio era horrible, para encontrar a mi Paca fue terrible pues todo el mundo en medio del afán buscaba su maleta, finalmente la encontré y salí de la estación directo a un hostal que quedaba cerca. 

lunes, 19 de agosto de 2013

Diario de la viajera feliz. Parte 4: Tilcara, Humahuaca y Purmamarca. Poblaciones estancadas en el tiempo.

20 de marzo 2010, sábado, después de una noche de fiesta madrugue a la terminal de Jujuy, allí finalmente me despedí de Nes y compre mi tiquete al siguiente destino… Tilcara.

Rumbo a Tilcara... hermoso ver esto!!



El trayecto de Jujuy a Tilcara fue corto, tarde como 2 horas en llegar, pase por varios pueblitos bastante bonitos entre ellos Purmamarca que era mi siguiente destino; el paisaje del camino estaba hermoso, podia ver cerros de muchos colores, las casas en barro con sus techos colorados y de fondo los tonos del cerro, era simplemente increíble.

Tilcara, definitivamente hermosamente
estancada en el tiempo



Llegue a Tilcara una población considerada patrimonio de la humanidad; me hospede en una casa, construida con piedra y barro de techo colorado, era una casa humilde pero confortable y acogedora. A Tilcara llegue alrededor de las 11 de la mañana, salí a caminar por la plaza principal y allí escuche que en un pueblito cerca, llamada Juella, estaban celebrando el "Festival de la humita y el durazno", me contaron que habían presentaciones de bailes típicos, comida típica y otras cosas más, así que decidí que ese iba a ser mi destino del día, realmente fue una buena elección pues el festival era muy lindo y pintoresco, todo se desarrollaba en el que se podia decir era el salón comunal del pueblo, antes de entrar habían puestos donde podia comprar carne con mazorca y papa, según lo que entendí era el almuerzo típico de ese lugar, Ah! Y por supuesto las humitas, que eran una masa a base de maíz y queso envuelta en una hoja de maíz, dulce y deliciosa.

Compre mi almuerzo y entre al salón, a decir verdad la escena era bastante familiar, habían mesas por todo lado donde se sentaba la gente a comer, al fondo de todo una tarima y una pista de baile. En la tarima se presentaba un señor que tocaba un instrumento parecido a un tambor y después de él fue la presentación de un grupo muy bueno, dos bandoneones y un charango haciendo música muy agradable, solo folclore argentino (bailecito, zamba, chacarera, gato, etc.) me moría de las ganas de bailar pero mi parejo estrella se había quedado en Jujuy.

Festival del durazno y la humita
en Juella

En la noche regrese a Tilcara y visite las ruinas de Pucara, que en Quechua significa fortaleza, aunque en realidad en vez de fortaleza parecía una ciudad que según leí había sido construida 10.000 años antes de Cristo; la ciudad está construida en escalones, las casas son en piedra y adentro se sentía bastante fresco, visitamos el templo y finalmente llegamos a la cima, allí había una pirámide que en realidad no tenía nada que ver con Pilcara, solo que había sido construida en honor a los arqueólogos que habían descubierto las ruinas. Desde la cima encontré una vista hermosa y se sentía una paz indescriptible. Mientras disfrutaba del momento me fijaba como fueron construidas esas casa e imaginaba como eran los indígenas que vivían allí, sus costumbres, incluso me preguntaba si habían construido la ciudad allí consientes del maravilloso paisaje que los rodeaba.

Llegando a la cima de Pulcara



Esa noche quise salir a tomar algo pero estaba realmente agotada y preferí quedarme en la habitación descansando, además al día siguiente debía levantarme temprano para visitar otros pueblos.

El 21 de marzo, madrugue a comprar mi pasaje a Purmamarca, este pueblito es muy conocido porque desde allí se puede apreciar el cerro de los siete colores; y vaya que es hermoso ese paisaje, se imponte ante ti y te absorbe con toda su fuerza; desde la entrada del pueblo se puede apreciar esta obra de arte hecha por la mismisa naturaleza.

Al igual que en todas las ciudades y pueblos del norte Argentino, en Purmamarca todo se encontraba en la plaza central, allí está la iglesia, la casa de gobierno, los bancos, algunos restaurantes, etc. Pero esta plaza particularmente era muy linda y especial pues estaba rodeada de almacenes donde vendían artesanías hermosas, bastante pintorescas típicas de la región. También habían dos miradores a los que no se valía dejar de ir; el primero que subí para mi fue la entrada VIP al espectáculo más hermoso que me podia brindar la naturaleza, cuando subí tenía el cerro casi encima mío, ere un paisaje espectacular, cuando estaba allí me preguntaba porque a menudo ignoramos las maravillas que nos brinda la naturaleza.

Vista VIP del cerro
de los 7 cololores


El otro mirador es un poco mas retirado del cerro, pero también es una vista hermosa es como la fotografía perfecta, el cuadro para colgar en la sala de la casa, en primer plano esta ese pueblito con casitas de barro y techos colorados, típicos de la región, y atrás de él y justo destres de él, el imponente cerro con su color natural donde el verde, el ocre, el rojo, el naranja y las diferente variaciones de estos colores hacen perfecta combinación con las casitas de barro.

Cerro de los 7 colores,
desde el palco

Después de disfrutar de este maravilloso paisaje, emprendí mi viaje a Humahuaca la penúltima población del norte de Argentina, estaba próxima a dejar ese país que me recibió con los brazos abiertos y en el que viví experiencias maravillosas durante 2 años.

El tiquete a Humahuaca lo compre en una calle entrando a Purmamarca, allí estaban todos los mochileros como yo, cansados pero maravillados por el paisaje… de Humahuaca no tengo mucho por decir, es un pueblito igual que todos los de la zona, con casitas de barro  y techos rojos, igualmente detenido en el tiempo. Algo interesante fue el monumento que construyeron, para llegar hasta el tenía que subir como 200 escalones, quise saber con motivo de que fue construido porque en realidad era bastante imponente y finalmente investigando descubrí que se construyo en homenaje al ejército argentino del norte que lucho 14 batallas allí durante la independencia nacional.


Y así estaba por terminar mi aventura por Argentina, sus lindos paisajes, la gente amable y las excelentes personas que allí conocí, ahora me esperaban La Quiaca y Villazon, Frontera entre Argentina y Bolivia.

miércoles, 10 de julio de 2013

Diario de la viajera feliz. Parte 3: Jujuy, un reencuentro con un gran amigo.

Preparada para partir a Jujuy!!!!


Marzo 17 del 2010… (Tarde) Ese día ya tenía listo el tiquete para viajar a Jujuy, el bus salía a las 4:30pm, yo estaba un poco ansiosa porque allá me iba a encontrar con mi buen amigo Néstor, un jujeño que conocí en  Buenos Aires, desde que nos vimos la primera vez nos convertimos en la pareja de baile (casi perfecta); él me enseñó a bailar folclor argentino y le enseñe un poquito del colombiano.

Llegue a Jujuy a las 10:30pm, casi 11, el encuentro con Néstor fue muy caluroso, al parecer el estaba muy contento de vernos y nosotros también de verlo a él. Esa noche salimos a tomarnos un par de cervezas y contarnos las novedades de nuestras vidas, Nes me conto de su negocio en Jujuy, de lo tranquila que es la vida que lleva en su tierra natal; yo le conté como habían sido los últimos días desde que dejo Baires. Después de pasar un rato muy agradable, adelantando cuaderno, fuimos a su casa, era tan linda, retirada de la ciudad, con un jardín grandote, un asador y un horno de barro; la casa como tal en realidad era pequeña solo tenía un ambiente y el altillo, pero pues era apenas para mi querido amigo, además, se nota el amor con el que fue construida, yo dormí en el altillo en un colchón que el tenia, dormí como una reina.

La casa de Nes

Marzo 18 del 2010; cuando me desperté Nes ya se había ido a su trabajo, me levante, me arregle y me fui para las termas de Reyes, camine un rato cerca a la casa de Nes y  vi unos paisajes muy lindos, como se ponía ante nosotros un cerro de color marrón combinado con verde, que para mí era el escenario perfecto para esas casitas pequeñas y con techos de ladrillo. Cuando llegue a la parada del bus encontré una linda capillita a la cual fue imposible no tomarle una foto, y siempre el cerro sirviendo de fondo perfecto.

Ir a las termas fue una muy buena decisión, pues me relaje bastante, cuando estaba ahí llego un grupo de motoqueros Alemanes, ninguno era más joven de 50 años, con sus motos BMW y Mercedes que con solo oír el motor se reconocía la potente máquina que tenían. Todos tenían trajes especiales, supongo que para los cambios climáticos, en fin, en menos de 10 minutos estuvieron todos listos para disfrutar de las termas. Yo me quede un tiempo más, claro está que no me fui sin antes tomarme una foto con estas lindas motos, o bueno, al menos con una de ellas.

La super moto!!!!


De regreso a la casa de Nes no pasaba el bus así que decidí caminar, el sol estaba muy picante y el calor era insoportable, aun así comencé a caminar, disfrutando del hermoso paisaje que tenía en frente, cerros por aquí y por allá y el rio en medio de cada cerro hacia que el panorama fuera más cautivador que ni siquiera me di cuenta que había caminado un poco mas de 5 Km, ahí ya no podía caminar mas así que en la parada de bus mas próxima me senté y 20 minutos después paso el bus que me llevo hasta la casa; descanse un rato, vi televisión y dormí un poco hasta que Néstor llego para que fuéramos a comer algo. Esa noche conocí a los papás de Néstor, dos personas muy sencillas y amables, me recibieron como si me hubieran conocido de toda la vida, como si yo fuera parte de la familia.

Justo ese día uno de los grandes amigos de Néstor estaba de cumpleaños así que pasamos a saludarlo un rato, de la misma manera como me recibieron sus papás, así mismo me recibió Marcelo (el cumpleañero) y sus amigos, cuando supieron que yo era colombiana, como buenos argentinos, comenzaron a hablarme de futbol, que Córdoba era un muy buen arquero, que aguante el Chicho que hiso crecer a Boca, que yo soy hincha de Boca, pero aquel es hincha de River, pero no es hincha de verdad porque como River mal entonces se cambio a Gimnasio de Jujuy; en fin, comentarios de futbol aquí y allá, así que fue una noche de vino, futbol y narguile.

Nestro "El Negro",
mi compañero de baile

19 de Marzo del 2010, ultimo día en Jujuy. Ese día recorrí un poco la ciudad, almorcé con Nes, comí las empanadas más ricas que había probado durante mi estadía en Argentina, las de queso, pero queso de verdad y delicioso. Después de estar toda la tarde en la ferretería de Nes nos fuimos a una peña; en Argentina se le llama peña al lugar donde hay música folclórica en vivo y la gente se reúne a bailar, y por supuesto con el negro tuvimos que demostrar que tan buenos bailarines éramos; obviamente Nes no lo hizo nada mal, además, es muy buen guía, al final nos divertimos un montón, el y yo fuimos los únicos del grupo que bailamos. Finalmente, para cerrar la noche fuimos a un bar de Rock donde se estaba presentando una banda jujeña llamada "La gallega", a decir verdad, tocaban muy bien y ese fue el punto final de nuestra noche de despedida, yo ya estaba lista para conocer Tilcara, Humahuacay Purmamarca, poblaciones estancadas en el tiempo.

Examen final de mis clases
de folclore argentino... ;)
Gracias Nes!!!